No hemos cambiado nada. Antiguamente en la edad medieval la gente se casaba con otra gente por interés legítimo. La economía se mecía sobre la reputación, los terrenos o el mismo oro, y eran razones más que de peso para condicionar la vida de una persona. Esa persona se casaba o la hacían casarse con otra familia como parte de un acuerdo.

Aunque se predique que esto ya no forma parte de nuestra sociedad actual, vemos en la década que vivimos cómo todos hacen acuerdos legítimos para ganar seguidores, likes o feedback en una red social. Estamos en una sociedad digital donde la economía es la reputación, y la gente se condiciona a sí misma para ganarla porque la moral aún no está construída, siendo que falta al menos una generación o dos para desarrollar una regulación global no escrita que paute nuestra conducta. Esa es la clave de la evolución que estamos tejiendo en nuestra generación.

A día de hoy, se apela a los números porque es sobre lo que se vive y te puede dar para vivir en el mundo tangible. En el principio, cuando no había una jerarquía política, cuando la agricultura no estaba industrializada, cuando los tratos se hacían por un interés material directo y no usando la moneda como peso que hace de puente entre el material que vendes y el material que quieres, el mayor interés era la unión de sus colonias. Esto implicaba una alta socialización. Cuanto mayor sea la socialización, mayor capacidad de supervivencia habrá. Esto incluye la reproducción con otros miembros de sus colonias, generalmente fuertes. La hembra está en un estado de hipergamia constante para garantizar que salga la mejor generación de su legado. Es por eso que, al final, el "hombre fuerte" era quien tenía más mujeres.

Se extrapola esto al presente y ahora eso sigue siendo un símbolo de opulencia contemporánea junto con el poder del dinero. Se ha añadido el factor social y político a un mensaje que ya de por si era social, y que indicaba un estado de poder. Para ser un hombre fuerte requerirás del dinero y del reconocimiento del pueblo. El reconocimiento del pueblo es característico para la definición del hombre fuerte porque esto se lleva a que todo el mundo está señalando al hombre con el que deberías estar para que tu descendencia sea la mejor que puedas tener. Esto alenta a la hipergamia. Usando esto como un modelo de negocio, y facilitando la tarea de estas personas quienes están en la búsqueda constante de este tipo de personas (aunque quizás hasta de manera involuntaria), hacemos que el rasgo característico de la mejor versión de la persona que favorece la hipergamia tenga muchos números. Muchos likes, mucha interacción social, y/o muchos seguidores. Al final, la gente seguirá a quien sea más especial. Es algo atemporal, al principio seguían a los líderes, a los que proveían los recursos para sobrevivir. Continuaron siguiendo a profetas, cantautores, duques. Eran reconocidos por sus terrenos, y eran queridos por muchas familias, estando a la espera de tener la oportunidad de casar a sus hij@s con estas. Y actualmente siguen a los mismos rangos sociales solo que del sistema moderno: políticos, abogados, artistas, creadores de contenido, porque están liderando sus propios negocios. ¿Sabes la frase interpretada por gran parte del pueblo que dice "Hazme un hijo"? Esta frase incentiva a la hipergamia, penetrando sobre los roles sociales para distinguir algo que realmente es atemporal, enmascarado sobre la línea de la evolución. A día de hoy la hipergamia sigue existiendo y es mucho más natural y común de lo que se quiere enfocar. Las consecuencias de la hipergamia varían entre culturas. Sin embargo, más allá de las culturas, en todo el mundo los casos de infidelidades entre famosos son el pan de cada día. Y estos casos suceden porque en el rango en el que están, siempre van a encontrar a gente mucho mejor que la pareja con quien están, porque siendo famosos, llevando un negocio, te vas a dejar llevar por un interés legítimo más que por el amor y el respeto hacia esa persona. El amor que sentirás como famoso por tu pareja es producto de la escultura del amor moldeada por los seguidores, a quienes escucharás porque "el cliente siempre tiene razón" en tu negocio de imagen. Si retratas tu vida con un famoso mucho mejor que el famoso con el que estás saliendo, hablarás más con el y te juntarás más por sus círculos. Harás una infidelidad porque ese famoso te va a proveer más que la persona con quien estás ahora. Porque tiene más números. Porque se cuida más, o cuida su imagen de la red social. Y porque te va a proveer esos números a ti, porque es la economía que te importa. Llevarte la fanbase de una persona o compartirla para aumentar en números es tu economía. Mucho más si ahora cobras por ello.

Pero esto no se diferencia de la edad medieval, salvo porque ahora explotan este rasgo biológico característico como un modelo de negocio. Actualmente la vida de una persona facilmente puede ser condicionada por Meta cuando te das cuenta de que todo el mundo toma Instagram como una extensión de su propia vida. Cuando quieres estar en contacto con alguien le dices tu nickname de Instagram, que resulta ser tu perfil. Tu perfil ya vende la imagen que los demás van a tener de ti en los primeros 90 segundos, así que deberás de cuidarlo como te cuidas a ti porque está igual de inculcado sobre tu imagen como la vida misma. Y como tal, le prestarás la misma atención que a tu higiene. Esto no es una exageración. Casos prácticos se hacen evidencia. Sólo viendo el uso que otra gente tiene de esta red social, usando sus funcionalidades para socializar. Limitando tus características o condicionando tus capacidades bajo las funciones de Instagram. Utilizar las notas para mandar indirectas en tiempo real, subir historias para darle un mensaje a la persona con la que quieres hablar, hablar con mensajes ocultos o con fotos de ver una sola vez, enfocadas a la mismisima nada y con tu mensaje encima de la foto.

Usar las funciones de Instagram no mejora la capacidad de socialización humana, sino que la limita y la deshumaniza ofreciendo las herramientas adecuadas para involucionar. Si la hipergamia sucede actualmente, es porque se están fijando en los números que tienes en Instagram, porque es tu currículum vitae y porque refleja tu estátus social y tu patrimonio.